Hoy ha asombrado a todos la noticia
de un luto inesperado.
Un joven profesor muy conocido,
amable – dicen –, con talento y ganas
de comerse este mundo.
«Tenía toda la vida por delante».
Cuentan que la pintura
era su gran pasión e incluso afirman
que guardaba algún cuadro inacabado
desde hacía tiempo, en algún armario,
esperando quizás vientos mejores
y más propicios
para el arte antiguo del autorretrato.
(Ya se sabe: las clases
y la investigación lo llenan todo).
Su sueño era acabarlo (se repetía a menudo)
antes del treinta y uno de diciembre.
Sin duda hubiera sido un cuadro hermoso.
«Tenía toda la vida por delante»
hoy piensan en silencio los amigos.
Quizás mañana olvidarán de nuevo
que la muerte nos llega de repente.
Francisco del Moral Manzanares