Amarillento y gris,
desamparado estoy frente al ocaso
y sin respiración.
Perdidamente ciego de agonía,
inexorablemente atormentado.
Te tengo solo a ti,
enamorado estoy frente a tu amparo
y la imaginación…
Tremendamente frágil de alegría,
inacabadamente inusitado.
… Y solo pasa el tiempo,
amarillento
y gris…
15.01.90 – Francisco del Moral Manzanares