Algunas noches la luna quema pieles
que se trenzan con pieles en lechos de penumbra.
Otras lunas no hay noche
y el viento llora solo,
porque no tiene cuerpo que trenzar en las ramas.
Y hay a veces semanas de noches sin descanso,
puede que como siglos,
tal vez cortas o nada,
pero todas, torrente de espuelas por la sangre.
Francisco del Moral Manzanares