Como una llaga gris
que murmura despacio en el juicio,
que inquieta se remueve,
resuena como arroz que cruje y algarea
y explota, y extenúa
la palabra y la luna.
La sombra se ha posado
en la cúspide añil de mi figura,
marchita calavera, atormentada cárcel
donde penan estrellas puntiagudas.
Francisco del Moral Manzanares