En tu perfil, elástica montura,
cabalgando hasta el mar mi piel lamenta
que mane de tu cuerpo la tormenta
colmante de su ser y de su hondura.
Tus labios hacen presa en mi cordura
y la arrastra mi sed hasta la menta
picante de tu boca, fresca y lenta,
de donde nace ardiente mi locura.
Perdurar de los siglos trasplantado
a tu cintura, playa desmedida,
sintiéndote crecer en mi costado.
De mi cuerpo tu piel flamante herida,
dejarla transcurrir hasta el pecado
infinito y mortal de verla ardida.
08.09.91 – Francisco del Moral Manzanares