Ella se sintió fuerte
de tanto como el viento la empujaba.
quiso volar un día
y estremeció a la noche
y a las hadas.
Despertó a las palomas
y a las águilas,
enfureció silencios
y palabras,
arremetió con fuerza
contra granos de arena
y alientos de galaxias.
Mas tanto descendió la cumbre inmensa,
tan amante se alzó a la gran hondura,
que despertó el latido de Los Ángeles.
Los Ángeles,
aquellos que inventaron la hermosura.
Francisco del Moral Manzanares